El show de Truman y el control ideológico

No hay imposibilidad lógica en la hipótesis de que el mundo se creó hace cinco minutos, con una población que «recuerda» un pasado completamente irreal. No hay una conexión necesaria lógicamente entre eventos de épocas distintas; por lo tanto, nada de lo que sucede ahora o sucederá en el futuro puede refutar la hipótesis de que el mundo comenzó hace cinco minutos. 

                                                                Bertrand Russell:El análisis de la mente 

 

 

Truman Burbank, aquél memorable personaje de El show de Truman, reproduce a lo largo del filme la condición abismal del individuo. ¿Qué es la realidad para él? De alguna manera lo mismo que para todos los demás personajes, para todos los espectadores: la representación simbólica de un imaginario social-cultural. El epígrafe sirve como una muestra de nuestra incapacidad de demostrar lo real, en el sentido de que estamos inscritos dentro de un sistema lógico que no permite ponerse en cuestión. En este orden de ideas, debe señalarse que nuestra realidad se constituye a partir de una relación histórico-social; nos precede una relación de pertenencia con diversos aparatos discursivos que configuran la manera de lograr producir un saber. Si algo define a las estructuras de poder y dominación social es su capacidad regulativa sobre el conjunto de la sociedad, y es a partir del reconocimiento de esto que se puede comprender cómo el ejercicio de poder ha encaminado al individuo a un proceso de mercantilización en el cual el orden es impuesto no por el diálogo sino por decreto y amenaza. 

 

En el Show de Truman se refleja el dominio ideológico que representan los medios de comunicación, los cuales responden a una tensión entre mayoría/minoría que está dada por la lucha del poder. De esta manera, puede reconocerse el posicionamiento de un elitismo ideológico que se moviliza en pro de un dominio y de la capacidad de imponer una realidad, la única y necesaria. La convicción en la perfectibilidad emerge como uno de los grandes obstáculos para el reconocimiento de la subjetividad, y de igual forma, permite el funcionamiento y organización de diferentes fenómenos de difusión que se han encargado de situar al ser humano en una posición de desconocimiento.  

 

El deseo de aprender y lógicamente de comprender está implícito en el deseo de actuar y participar en la sociedad.  Por ende, aquella limitación que implanta el control ideológico moderno; esto es, el de un modelo capitalista de consumo, ha llevado a que las masas se alejen de la participación social. ¿No es acaso esta “realidad”, una que nos viste con los ropajes de la indiferencia? 

 

 

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